Trifle de algarroba, pera y coco

Trifle de algarroba, pera y coco

Letras | Cocina

dsc02576dsc02535Alexia pidió una receta dulce, también mi sobrino. Finalmente me decidí por este trifle de algarroba, pera y coco que espero les guste, a Alexia, a mi sobrino y a usted, por supuesto, fiel lector y tan necesario, inestimable apoyo…

dsc02527Alexia y Juan, dos jóvenes de ojos puros y corazón valiente, fundaron la marca Ay Fidela entusiasmados con el concepto romántico que le diera origen: “poner la mesa”, a la antigua, con tiempo y detalles, con primor y amor, conscientes de la importancia de revalorizar un momento y un hábito olvidado o jamás considerado en muchos hogares. Para ello diseñan y confeccionan manteles, servilletas, individuales y otros accesorios de cocina de modo que usted pueda lucir una mesa cálida y resaltar el valor del plato que piensa servirle a los suyos. Y además para que se sienta bien, o mejor, y más mimado.

dsc02544En una realidad que adopta el “delivery” como una forma acostumbrada de alimentación que en menos de media hora resuelve el “problema” del “qué comemos”, estos jóvenes se animaron a crear un producto que propone lo opuesto: cocinar y sentarse a la mesa, a una cuidada, embellecida porque se come más lindo, se digiere más rápido, se recordará para contarlo.

ay-fidela-tc3a91dsc02645Para lucir sus manteles, hoy preparo un postre que ojalá esté a la altura de la calidad que ofrece Ay Fidela. Es un trifle de algarroba, pera y coco. No es un plato de elaboración rápida, aunque tampoco requiere mucho esfuerzo. La estrella será la harina de algarroba.

dsc02530El algarrobo es originario de la región mediterránea, pero se cultiva también en otras zonas cálidas. El algarrobo blanco, por ejemplo, es un árbol indivisible del paisaje en el monte de nuestro norte argentino. De su fruto, la algarroba o vaina, se obtiene una harina muy dulce. Se consiguen dos tipos de harina de algarroba. Una muy oscura, proveniente de las vainas negras (es la más fina, y al cocinarla desarrolla un aroma entre chocolate y café) y la de las vainas blancas, más gruesa y de menor comercialización. Ambas harinas pueden emplearse en la cocina y se compran en las dietéticas.

algarrobaEste alimento milenario es muy rico en fibras, proteínas, vitaminas, minerales, etc. Además, carece de gluten, por lo cual, en su estado puro, la harina de algarroba es apta para celíacos. Los frutos crecen en pequeños tallos formando racimos de hasta 12 vainas. Las vainas, una vez cosechadas, se lavan, se secan durante 20 a 25 días al sol y luego se muelen hasta obtener la harina que hoy utilizaremos.

A mis amigos Juan y Alexia, muchas gracias por vestir mi cocina. Espero que disfruten el trifle!

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Trifle de algarroba, pera y coco

1.- Torta de algarroba

Ingredientes:
200 grs. de harina de algarroba
1 ½ cucharaditas de polvo de hornear
2 huevos
80 grs de azúcar orgánico
100 ml de aceite de oliva
4 cdas. de miel orgánico
2 cdtas. de extracto de vainilla
2 cucharadas de cacao amargo
1 pizca de sal marina

dsc02365Preparación:
Precalentar el horno y untar con aceite un molde de 22 cm. Llevarlo a heladera hasta el momento de usar.

Tamizar juntos la harina de algarroba, el caco amargo, el polvo de hornear y la pizca de sal. Reservar.

dsc02402Batir enérgicamente los huevos con el azúcar hasta que alcance un punto cremoso. Añadir la miel, el extracto de vainilla y luego, lentamente, el aceite, sin dejar de batir. Cuando la mezcla se vea homogénea agregar en dos tandas los ingredientes secos, siempre batiendo.

Verter la preparación en el molde y cocinar a fuego moderado durante 20 a 25 minutos.

dsc02466Retirar del horno, dejar entibiar y desmoldar.

dsc025482.- Peras en compota de té Earl Grey

Ingredientes:
4 peras medianas
1 litro de agua
2 bolsitas de té Earl Grey a la bergamota
120 grs de azúcar orgánico
1 tira de cáscara de naranja

dsc02399Preparación:
Llevar a hervor en una cacerola el agua, el azúcar, la cáscara de naranja y el té. Cuando alcance el punto de ebullición, bajar el fuego y seguir cocinando por 2 a 3 minutos más. Descartar las bolsitas de té y la cáscara de naranja.

dsc02371Mientras tanto pelar las peras, cortarlas por la mitad y extraerles el corazón con las semillas. Colocarlas en el almíbar de té y una vez retomado el punto de ebullición, bajar el fuego y cocinar durante 15 minutos o hasta que insertando un tenedor las notemos al dente. No sobrepasar el tiempo de cocción, pues luego se seguirán cocinando en el almíbar reducido.

dsc02477Retirar las peras del almíbar de té y reservar en un plato. Reducir el té a fuego fuerte, hasta que comience a espesar. Añadir nuevamente las peras y dorarlas por ambos lados con el almíbar (5 minutos por lado). Colocarlas en un plato hondo y rociarlas con el almíbar. Dejar enfriar.

3.- Crema de coco a la naranja

Ingredientes:
400 grs de leche de coco (conservar en heladera desde el día anterior)
cáscara rallada de ½ naranja
1 ½ cdas. de miel orgánica
2 cdas. del almíbar de té de las peras

dsc02490Preparación:
Retirar la leche de coco de la heladera. Al contacto con el frío los grasos de la leche subirán a la superficie. Trate de extraer sólo esta parte, evitando que se cuele el líquido.

Batir ligeramente y agregar la cáscara rallada de naranja y la miel. Alivianar la crema, que resultará demasiado densa, con un poco del almíbar de las peras a gusto.

dsc02498Armado del Trifle de algarroba, pera y coco

Este trifle se puede armar tanto en copas individuales como en un molde único tamaño familiar. En ambos casos, la primera capa, la del fondo, será la de la torta de algarroba. Si utiliza un molde individual, corte una porción similar a la del diámetro de su copa o plato de postre.

dsc02516Bañar la torta con el almíbar de té y a continuación agregar las peras cocidas cortadas en pequeños trozos (las cantidades dependerán del tamaño de su molde).

dsc02510Por último agregar la crema de coco y finalizar decorando con algunas rodajitas de pera cocida y almendras picadas groseramente para añadir al conjunto una textura crocante.

dsc02634dsc02623Marisa Bergamasco
(Aficionada a la escritura, al buen cocinar y al buen comer y a los buenos y grandes cariños, de profesión agente de viajes, soñadora de vocación, por siempre…)

Leche de avena: «Panna cotta de amapola, cardamomo y jengibre»

Leche de avena: «Panna cotta de amapola, cardamomo y jengibre»

Letras | Cocina

dsc01717La leche de avena es un valioso sustituto de la leche animal. Y no es la única, por supuesto, usted sabe que existen otras alternativas como la leche de almendras, de coco, de avellanas, de quinoa, de sésamo, de castañas, de semillas de calabaza, de arroz, etc.

semillasAnteriormente, le he contado acerca de la gran cantidad de dietas y caminos en la alimentación por los que he optado en distintas situaciones; también le confesé mi hastío. De aquello que aprendí, rescato la tolerancia, que considero como una consecuencia estrecha de la diversidad y complejidad de las experiencias a las cuales decidimos someternos. La tolerancia por quien come y piensa diferente, la modesta aceptación de lo que aún no hemos aprendido: la gran clave, la palabra perfecta, el método infalible… todavía lejos, siempre lejos, gracias a Dios.

dsc01706Así, seguimos husmeando, planificando, inventando. Y no sólo dietas. Métodos curativos, innovaciones antioxidantes, rutinas físicas, cirugías extraordinarias, estilos de vida. Exploramos. Mientras tanto, en algunos aspectos, aferrados a ciertas creencias, continuamos por años resistiendo el cambio o el paso de nuevas ideas o restamos veracidad a las comprobaciones científicas acerca de determinados productos o alimentos. Por qué? Porque somos animal de costumbre, usted tiene razón, y somos, además –y seguramente debe usted saberlo– la única especie de seres vivos que consume leche después del primer período de lactancia. Biológicamente, superado este período, nuestro cuerpo no necesita la ingesta de leche, pero la consumimos de todas maneras por el calcio que en apariencia nos aporta.

dsc01735Sin embargo, nuestro organismo difiere de aquel del ternero que cuenta con la enzima necesaria para permitirle absorber el calcio de la leche materna. Para nosotros, en cambio, se vuelve difícil poder absorberlo, en cualquier caso imposible absorber toda la cantidad de calcio que podría aprovecharse de la leche animal.

Para ello existen en la naturaleza innumerables fuentes de calcio provenientes de otros alimentos. Por ejemplo, las espinacas, y todos los vegetales verdes. Ha visto usted, sin ir más lejos, una vaca privada de calcio? Algo sabrán ellas que se nutren de pasto (las más afortunadas) durante toda su vida. Las semillas, los cereales, las frutas y legumbres, los pescados, los frutos secos. La naturaleza no limita su generosidad. Enhorabuena.

dsc01727Y para quien esté listo a probar las leches alternativas, las opciones son igual de abundantes y variadas, las mencionamos al comienzo. Hoy preparamos leche de avena, fácil, económica, nutritiva, saludable. Usted elige a diario, con la información de la cual dispone y se beneficia, su particular camino. Investigue, pruebe, pregunte. El régimen infalible, recuerde, aún no se ha inventado. Utilice los elementos sanos que aún nos ofrece la naturaleza, cansada a estas alturas de tanto maltrato. Utilícelos y arme un sistema de vida que le acomode. Con toda la tolerancia aprendida, mi única y última recomendación: ármelo lo más sanamente posible, por el bien de su salud y por la salud de aquellos que habrán de cuidarlo cuando usted envejezca.

Para la nota dulce –usted sabe cuánto adoro los dulces– le dejo esta panna cotta con leche de avena que lo animo a probar y, si le parece, a enviarme después su inestimable comentario.

Hasta la próxima semana!

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Leche de avena
(Según el tipo de avena que tenga en su casa elija la receta que más le convenga).

Ingredientes:
1 taza avena arrollada
1 litro de agua
1 pizca de sal
ó
50 grs de avena en grano
800 ml de agua
1 pizca de sal

Preparación:
Remojar la avena en agua durante toda la noche, sea arrollada o en grano, para “activar” su potencial nutritivo, que de otro modo se encuentra inhibido. Por la mañana la avena habrá crecido al menos el doble de su tamaño. Descartar el agua del remojo, enjuagar y agregar el agua que indica la receta.

Llevar a ebullición la avena arrollada y apagar el fuego.
Llevar a ebullición la avena en grano y cocinar durante 10 minutos a fuego medio.
(En el caso de la avena arrollada este paso de la cocción puede evitarse y licuarse directamente).

En ambos casos dejar enfriar y licuar la preparación. Colar con colador fino o con lienzo y agregar la sal. Las leches vegetales se conservan en la heladera durante 3 a 4 días. Antes de usar, agitar bien el envase.

dsc01588Panna cotta de amapola, cardamomo y jengibre con zest de cítricos en almíbar de miel orgánica

La panna cotta, en esta receta, depende en gran parte de los cítricos para mostrarnos la totalidad de sus sabores, no omita prepararlos. Es compañía imprescindible!

dsc01557Ingredientes:
Para la panna cotta:
750 ml de leche de avena
3 cdtas. de agar agar (o un sobre de gelatina sin sabor)
5 cucharadas de azúcar orgánico
3 cdtas. de semillas de amapola
2 vainas de cardamomo
4 rodajas finas de jengibre
1 pizca de sal

dsc01605Para los zest de cítricos en almíbar:
cáscaras de 2 limones, 2 naranjas y 2 limas
120 grs de miel orgánica
100 grs de azúcar orgánico
200 ml de agua

dsc01647Preparación de la panna cotta:
Disolver el agar agar en media taza de la leche de avena. Colocar el resto a hervir con el azúcar, la pizca de sal, las rodajas de jengibre, las semillas de amapola y el cardamomo (abrir las vainas y retirar las semillas, molerlas ligeramente antes de usar).

Antes que alcance el punto de ebullición agregar el agar agar disuelto y cocinar a fuego bajo durante 2 o 3 minutos más. Apagar el fuego, dejar enfriar y colar para asegurarnos que no quede ningún grumo en la mezcla. Verter en moldes individuales o en un molde único, de acuerdo a sus preferencias, y llevar a la heladera hasta el momento de servir.

dsc01617Preparación de los zest de cítricos en almíbar:
Cortar en juliana la piel de 2 naranjas, 2 limones y 2 limas. Hervir durante 5 minutos a fuego fuerte, descartar el agua y reservar. Preparar un almíbar con la miel, el azúcar y el agua a punto hilo fuerte, cocinar aproximadamente 5 minutos a fuego moderado.

dsc01688Agregar las cascaritas de los cítricos, cocinar a fuego bajo durante 20 minutos más o hasta que los zest se vean caramelizados. Retirar del fuego y dejar enfriar. Al momento de servir decorar la panna cotta con los cítricos y un poco del almíbar.

Marisa Bergamasco
(Aficionada a la escritura, al buen cocinar y al buen comer y a los buenos y grandes cariños, de profesión agente de viajes, soñadora de vocación, por siempre…)

Duraznos del Piamonte

Duraznos del Piamonte

Letras | Cocina

dsc00680Me han preguntado en estos días si prefiero las recetas dulces a las saladas, pues en este blog abundan las primeras. La respuesta viene sobrando. Herencia de mi madre, esta afición casi pasión que la alimenta y me alimenta como si fuéramos dos niñas, ojos orientados al postre, corazón que palpita sin freno con la gloria anticipada de una torta a punto de ser partida en trozos. Cómo será en su interior? Usted también se lo pregunta?

Con los años, como todo vicio o virtud, esta atracción tiende a convertirse en un modelo rancio, repetido y apegado a la costumbre en el comer. Tendencia que, por razones de salud y probable sobrepeso, me encaminó a la búsqueda de platos más ligeros, más sanos, con menos aporte de calorías inútiles. No así mi madre, fiel todavía a sus hábitos de juventud y portadora como pocos de una salud contundente que no se condice con los kilos de garrapiñadas de maní y los dulces caseros de duraznos, cargados ambos de azúcar, que come con alegría y gesto ingenuo, como quien engulle la bondad incuestionable de un bocado de arroz integral y sabe que será para bien. Y además conserva su cintura. Ojalá la genética se muestre así de compasiva conmigo.

dsc00534La herencia carga la esencia de la poesía en su lenguaje. Sea a través de los genes o de las tradiciones, la transferencia de detalles físicos, ideales y gustos, modos y hasta mañas es parte de un proceso sorprendentemente bello. Mis antepasados piamonteses difícilmente supieron escribir, vinieron de Turín y de Cúneo a trabajar la tierra que aquí era (y es) rica en hectáreas y prodigios. Sin embargo, el Piamonte y sus rutinas, o algunas, dialecto incluido, continúan manifestándose en casa como si leídos de algún libro de familia o contados por una abuelita de buen genio, de las que infunden el sueño con historias. Nada de eso. Ni relatos ni libros. No había tiempo para tales atenciones. Indemnes al paso de la vida nueva, transmitidas por intuición o imitación, las formas habituales del hablar, cocinar, conservar, criar y pensar de aquella otra vida que traían consigo y que antes de emigrar imaginaron sería la única, se propagaron como polvo soplado porque era preciso hacerse de un recuerdo vivo para aliviar la enormidad de la ausencia, asegurarse un método fácil para salvar la identidad.

dsc00540Fui crecida y malcriada en una cocina a la piamontesa, entre grisines, sabayón, dulces fritos, polenta, bagna cauda y ravioles, tallarines, bagnet, vitel toné, grapa y vermú, caracoles, hongos, liebre, arroz, anchoas, embutidos. Todo en grandes cantidades. Mi madre comía siempre menos y mantenía la línea a raya, el resto de nosotros la perdíamos con frecuencia.

La versión original de estos duraznos lleva mantequilla, chocolate y yema de huevo. Hay quien, además, opcionalmente le agrega al relleno unas gotas de algún licor. Los grasos y la humedad de las yemas y la mantequilla los reemplacé por los de la leche de coco, es más saludable y aporta un sabor delicado y una textura sedosa que combina espléndidamente con la rugosidad del amaretti. Con el chocolate, esta vez me contuve. Asumiría muy rápido el protagonismo que merecen en este postre los amaretti con su sabor almendrado; y la leche de coco, permítame insistir, servida encima de un durazno abierto, debería comerse a granel!

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Duraznos del Piamonte   (mi versión)

Ingredientes:
1 durazno por persona (la receta está pensada con 3 duraznos)
1 litro de agua
200 grs de azúcar rubia
1 lata de leche de coco (400 grs.)
80 grs de amaretti
2 cucharadas colmadas de miel
cáscaras de naranja confitadas c/n

dsc00538dsc00588Preparación:
Para los duraznos:
Llevar a ebullición el agua y el azúcar hasta obtener un almíbar ligero (5 minutos). Incorporar los duraznos lavados y enteros con un corte en cruz de la cáscara en su parte inferior. Hervirlos por 10 minutos o hasta que la piel comience a desprenderse.

dsc00635Retirarlos del fuego y pasarlos a un recipiente con agua fría para cortar la cocción y enfriarlos. Pelarlos y cortarlos por la mitad con cuidado de no romperlos. Descarozarlos y dejarlos reposar sobre papel de cocina para que suelten el líquido excedente y evitar así que se mezcle con el relleno. Continuar la ebullición del almíbar por 10 minutos más hasta que reduzca y espese apenas.

dsc00655dsc00675Para el relleno:
Llevar la leche de coco al refrigerador. El agua de la leche se mantendrá en la parte inferior de la lata y los grasos se solidificarán arriba, de modo que podremos usarla como si fuera una crema lista para ser montada a nieve (y mucho más rica!).
Retirar la parte densa de la leche delicadamente, para no permitir que el líquido suba también a la superficie. Verter en un recipiente, agregar la miel y mezclar.

dsc00625Triturar en procesadora, mortero o nada más con la mano los amaretti hasta lograr la consistencia deseada, a mí me gusta un resultado más rústico, pero es usted quien decide. Agregarlos a la crema de coco y mezclar bien.

dsc00660Repasar con lienzo o papel toalla el centro de los duraznos para terminar de secarlos. Rellenarlos con la crema, una cucharada por cada mitad, y finalizar con las cáscaras de naranja abrillantadas y algunas almendras fileteadas. Servir con el almíbar o disponerlo aparte para que cada quien se sirva a voluntad.

dsc00706Marisa Bergamasco
(Aficionada a la escritura, al buen cocinar y al buen comer y a los buenos y grandes cariños, de profesión agente de viajes, soñadora de vocación, por siempre…)

Frutillas: mousse de verano

Frutillas: mousse de verano

Letras | Cocina

dsc09142dsc09122Mis árboles amigos, los mismos que anduvieron mostrándose aquí en otras entradas, están repletos. Gordos de verdor y voces de aves diferentes.

dsc08812Espesura que nos da sombra, y de su bamboleo pesado recibimos el alivio para el calor cuando aplasta. Refugio.

dsc08820dsc08819Los verduleros exhiben con desfachatez sandías y melones cortados al medio, haciendo aguar la boca del que pasa y obligándolo a meter mano en el bolsillo para entrar y comprar. A mí la sandía me provoca hundirme con cabeza y dientes en su carne vistosa hasta arrancarle de un mordisco el corazón y reventar de dicha.

dsc09035dsc09089Llegan de a poco las uvas, hay quienes pueden jugar a seducir con ellas; nosotros, el resto, sufriremos a lo sumo un empacho bien ganado. También las cerezas, que manchan casi con seguridad cada camino que les mandamos recorrer: fruto incomparable. Duraznos, mangos, damascos… Puro jugo, pura agua…

Y la señora frutilla, faltaba más.

dsc08934La reina, la roja, la dulce, la que se sube a todos los postres. Cuántas recetas ha protagonizado? Y películas? Y libros? Cenas de gala? Picnics? Fotos?
Sabía que una taza de frutillas tiene solamente 55 calorías? Que hay un museo en Bélgica sólo para frutillas? Que las frutillas son un miembro de la familia de las rosas? Que en promedio una frutilla tiene 200 semillas? Que la frutilla es la única con las semillas en el exterior de la fruta? Que ocho frutillas proporcionan el 140% de la cantidad de vitamina C recomendada diariamente?

dsc089301La frutilla me gusta en estado natural, para qué agregarle qué si no lo necesita. Sin embargo, como usted estará esperando alguna receta interesante veremos cómo nos resulta esta mousse con leche de coco, merengue de azúcar mascabo y reducción de aceto balsámico a la pimienta. Y frutillas, por supuesto!

dsc09114Nada sofisticado (no es mi estilo, usted me conoce). Una combinación delicada y bastante particular. El aceto balsámico y la frutilla se llevan muy bien desde un largo tiempo antes que yo descubriera mi afán por la cocina o más aún, que incluso naciera (bueno, habría que averiguar si la idea es tanto así de viejita…). Ambos elegantes, puros, un poco dulces y un poco ácidos, y sencillamente nobles.

dsc09105En una oportunidad tuve la gran fortuna de visitar la admirable acetaia Leonardi, en Módena, Italia.

dsc04081dsc04084La degustación de los distintos acetos (distinto año de cosecha, distinto tiempo de maduración, distinta cantidad de trasvases, distinta calidad de la madera de los toneles, distinto clima, distinto amor y distinta mano de quien lo elabora) se realiza en cucharitas. Nos las proveía la joven que nos explicó este proceso y nos llevó a recorrer las instalaciones: ojos y edad envidiables, y además una apasionada. Lo comento porque era muy notorio, de otra manera no habría podido advertirlo; los míos se mantuvieron cerrados durante casi toda la visita, y se echaban para atrás, con mi cabeza derrotada mientras mi garganta –por la que corría el bálsamo–, con cada gota, apretaba el cielo.

dsc04095Para despedir el año o recibir el que vendrá o las dos cosas, le propongo un postre fresco, estivo, saludable, aparentemente manso… Basta probarlo, después me cuenta.

Muy Feliz Año para usted y su familia!

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Mousse de verano

Ingredientes:
400 grs de frutillas procesadas
jugo de ½ naranja
ralladura de la cáscara de 1 naranja
4 claras
100 grs de azúcar mascabo
100 grs de azúcar orgánico
50 grs de miel
80 ml de agua
14 grs de gelatina sin sabor o agar agar
400 grs de leche de coco (conservar en heladera desde el día anterior)
40 grs de pistachos sin sal pelados y finamente picados

dsc08995Preparación:
Procesar las frutillas con el jugo de naranja y la ralladura y tamizar en colador o en pasa verdura. Obtendremos un jugo sedoso y libre de grumos o restos de fruta sin moler. Vale la pena el esfuerzo extra.

dsc09067dsc09072Disolver la gelatina en 50 ml de agua caliente.
Preparar un almíbar con los azúcares, la miel y el agua a punto bolita. Tardará unos minutos más de los 12 que toma un almíbar con azúcar blanca.
Mientras tanto batir las claras a nieve. Cuando el almíbar esté en su punto justo agregarlo a las claras por un costado del recipiente sin dejar de batir, hasta que se enfríe.

dsc09076Retirar la leche de coco de la heladera. Al contacto con el frío los grasos de la leche subirán a la superficie. Trate de extraer sólo esta parte, evitando que se cuele el líquido.

dsc09082Batir ligeramente en bowl por separado.

dsc09084Incorporar la gelatina disuelta a la pulpa de frutillas, luego el merengue italiano y por último la leche de coco batida.

Colocar la preparación de la mouse en un molde grande o en moldes individuales y llevar a la heladera por al menos dos horas o hasta que tome una consistencia casi firme. Dejar una hora en el freezer o en el congelador antes de servir para que esté bien frío.

Acompañar con la reducción del aceto balsámico y decorar con los pistachos pelados y picados y con pétalos de rosa secos (esto último no es necesario, pero dígame si no se ve lindo…)

dsc09124dsc09120Para la reducción de aceto balsámico:
150 ml de aceto balsámico
4 cucharadas de azúcar integral
1 cucharada colmada de miel
Pimienta c/n

Verter en una cacerolita el aceto con el azúcar y la miel. Cocinar a fuego fuerte hasta que rompa hervor y luego bajar a mínimo durante 5 a 8 minutos más o hasta que comience a verse denso. No sobrepasar este tiempo de cocción, porque al enfriarse la reducción seguirá espesando. Retirar del calor y agregar pimienta a gusto.

dsc09115dsc09152dsc09165dsc09175Marisa Bergamasco
(Aficionada a la escritura, al buen cocinar y al buen comer y a los buenos y grandes cariños, de profesión agente de viajes, soñadora de vocación, por siempre…)

Un tiramisú para Miami

Un tiramisú  para Miami

Letras | Recetas

dsc058711Betty me pidió hace unos días la receta del tiramisú. Betty vive en Miami, es de origen cubano y la casa en la que habita es hermosa. Tiene en el living un piano de cola negro que su hijo usaba cuando era más niño para practicar las lecciones que aprendía de su profesor y que yo aprovechaba algunas tardes para evocar las mías. El corazón de Betty es como su casa, grande y precioso, musical, habitable.
Mientras viví yo también en Miami la visitaba a menudo. Su barrio es una porción de ciudad un poco más verde que el resto, los árboles, por ejemplo, frente a su casa, tienen el tamaño de una majestad y como tal son tratados. Las calles amplias, el cielo abierto, la gente tranquila.
El mío, no muy distante, era más corriente. Pero me alcanzaba de cerca el privilegio de una isla vecina a tan sólo seis cuadras y un puente abovedado para abordarla.

brickel-puente-accesoDebajo de este puente, la bahía de Brickell Key, comienza a abrirse al mar por un camino ancho y de pronto poblado de delfines, y casi a diario de manta rayas y peces de menor tamaño y de colores vivos moviéndose entre las rocas de las orillas. Una isla pequeña frente al mar, de gente adinerada si la miramos con ojos de tercer mundo, aunque más o menos adinerada si vista con el opulento ojo americano.

miami-yates-bahiaAllí iba todas las mañanas a caminar y a respirar bien hondo, como una manera saludable y económica de mantenerme en forma. Era mi rincón de las plegarias, como lo describía en aquel tiempo. Un rincón para pedir y, aunque menos, porque los humanos somos difíciles de complacer, para agradecer. Ya otros han dicho con bastante razón que la bonanza es menos espiritual que la incertidumbre. Para alivio mío, este rincón acogía cualquier ceremonia que quisiera declararle.

miami-camino-duoDesde la primera mudanza de adolescente hacia la Universidad de Buenos Aires han pasado unas cuantas otras. En cada lugar buscaba hasta encontrar mi rincón y lo mudaba conmigo antes de resignarme a perderlo. Me sirvieron algunos de mis dormitorios (aquellos que podía aislar con dos vueltas de llave), un camino de campo cuando viví en el campo del sur, ciertos baños en ciertas ocasiones, y el rincón que mejor recuerdo es una iglesia a la que acudía en horas de la mañana para encontrarla vacía.

La isla de Brickell Key, aunque más poblada que una iglesia, ha sido el más íntimo de mis rincones. El qué más extraño. Su mar, expuesto continuamente al sol, era un espejo prodigioso, y era mi mar de todos los días… qué lugar más ancho y más digno ha visto usted para dejar una plegaria? Le recé tantas como me iban surgiendo desde la mañana anterior, cuando regresaba a casa y la rutina se entorpecía con cualquier embrollo de los habituales, cuando una nostalgia rancia me llegaba de improviso, cuando el sueño de un futuro deslumbrante se hacía presente con el miedo de no verlo llegar después, cuando tantas veces he sentido, como usted, un peso avasallando el alma sin razón evidente, una cierta tristeza que apena como cierta y al mismo tiempo se explica incierta… Tantas… muchas plegarias…

La versión saludable de este tiramisú está dedicada a mi querida Betty, como agradecimiento a su permanente cariño y lealtad. Gracias Betty! Por el piano, la confianza, las charlas, los consejos y esta memoria que me ha traído hasta aquí, de la bahía y su reservado mar agitando en el oleaje seguramente aún hoy las oraciones que le conté entonces.
Gracias Betty!

PD: gracias a los amigos temporarios de esta ciudad, a los perdurables y a los vecinos: Cecilia, Lucía, Roberto, Sonia, Florencia, Edith, Mabel, Ilda, Antonieta, Adriana y a los que faltan les pido dejen su nombre en los comentarios, me haría muy feliz saber de ustedes…

Tiramisú con bizcocho sin gluten y crema de coco
Ingredientes:

Para el bizcocho:
4 huevos
100 grs. de harina de arroz integral
100 grs. de azúcar orgánico
1 cdta. de extracto de vainilla

dsc05810Para la crema de coco:
700 ml de leche de coco*
2 yemas
100 grs. de azúcar orgánico
50 grs. de miel orgánica
100 grs de fécula de maíz
100 ml de agua o c/n para diluir la fécula de maíz

Para ensamblar el tiramisú:
1 taza grande de café tibio
cacao amargo c/n

Preparación:
Batir las yemas con un tercio del azúcar y el extracto de vainilla.

dsc05819Por otro lado batir las claras a nieve con el resto del azúcar. Incorporar suavemente, un poco a la vez, las claras al batido de yemas intercalando con la harina.

dsc05816dsc05825Colocar la preparación en un molde rectangular previamente forrado en papel manteca y rociado con aceite vegetal. En este caso usé uno siliconado.

dsc05841Cocinar en horno a 200º durante 10 a 12 minutos.

Para la crema de coco:

dsc05851Batir las yemas con el azúcar y la miel. Agregar la fécula de maíz disuelta en un en el agua y pasada por colador para no introducir posibles grumos. Incorporar la leche de coco y llevar a fuego mediano hasta que espese, revolviendo para evitar que se nos pegue en el fondo.

dsc05848Cuando alcanza el punto de hervor, bajar el fuego a mínimo, cocinar por 2 o 3 minutos más y dejar enfriar.

dsc05853Para ensamblar el tiramisú:
Preparar el café, suave o fuerte, según su preferencia. Dejar entibiar.

dsc05857Cortar el bizcocho en tres capas.

Comenzar a ensamblar disponiendo la primera capa sobre la base donde lo serviremos, mojarla con el café -con cuchara o pincel- y agregar una cantidad abundante de la crema de coco. Repetir el proceso con las otras capas y terminar con la crema y el cacao amargo cernido en colador para que caiga delicadamente.
Llevar a la heladera para que el postre se enfríe y los sabores se amalgamen, al menos 2 o 3 horas antes del momento de servir.
Me gusta acompañarlo con una copita de café helado, usted puede darme la razón o probar con algún licor que sea de su agrado o quizá un con vino añejo.

dsc05898La leche de coco*
Es importante buscar alternativas en nuestra dieta a la leche y otros productos lácteos si queremos disfrutar de los alimentos que nos gustan y evitar el malestar que nos provocan. La lactosa de la leche, por ejemplo, es un azúcar natural que el ser humano no puede digerir y como consecuencia de su consumo experimenta molestos problemas gastrointestinales. No siempre somos conscientes de estas molestias, claro, pero quienes sí las advierten se dice que padecen de intolerancia a la lactosa, cuando en realidad, esta intolerancia, la sufrimos todos.

La leche de coco es 100% vegetal y por tanto no contiene lactosa ni ninguna proteína láctea. Es un ingrediente muy empleado en la cocina asiática como base de diferentes platos y salsas. Se utiliza también, y como en el caso de nuestro tiramisú, en repostería. Se puede servir directamente como refresco, o se puede usar para cocinar (curry de pollo a la leche de coco, langostinos con leche de coco, arroz con leche de coco, flan de coco, budín de coco, etc…)

Son muchísimos los beneficios que el coco nos brinda: acelera el metabolismo, ayuda a quienes intentan perder peso y regula los padecimientos de quienes sufren de la tiroides. Sus grandes cantidades de sales minerales y potasio favorecen la mineralización de los huesos. Ofrece un bajo aporte de hidratos de carbono y es beneficioso para el sistema digestivo, ya que sus cantidades de fibra son muy propicias para las alteraciones intestinales. Su alto contenido de vitamina E sirve de antioxidante, junto a vitaminas hidrosolubles del grupo B.
Muchos consideran la leche de coco como un alimento milagroso, ya que ayuda a proteger el organismo y a curarlo de múltiples afecciones internas y externas.

En resumen, estamos en grado de afirmar que esta leche prodiga grandes beneficios para nuestra salud.
Puedo recomendar la marca Chaokoh, en lata de 400 ml, que es la que uso, y con excelentes resultados. La consigo en una casa que vende productos japoneses, pero está disponible también en las dietéticas. Si no logra ubicarla, en los supermercados cuentan con una marca brasilera envasada en botellas de 200ml de vidrio que es muy buena también, aunque el sabor a coco es un poco más tenue.

Marisa Bergamasco
(Aficionada a la escritura, al buen cocinar y al buen comer y a los buenos y grandes cariños, de profesión agente de viajes, soñadora de vocación, por siempre…)