Popovers de albahaca y jengibre. Gluten free!

Popovers de albahaca y jengibre. Gluten free!

Letras | Cocina

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Anduve pensando en la receta de estos popovers durante más de dos meses. Quién sabe si el mecanismo interno que acciona la inspiración trabaja con un método propio para calificar la variedad de estímulos que percibimos a cada instante, o si lo hace con autonomía de nuestros intereses y gustos o si lleva una amplia agenda de los episodios que protagonizamos…

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Que la inspiración nos encuentra trabajando es una verdad a medias, pues a la inspiración también hay que ayudarla. Como dije en una entrada anterior, esforzarnos por plantarse uno mismo en el camino de la belleza, hacerse el ánimo de la belleza, pensar en ella como un ejercicio eficaz para conjurar aquello que nos aparte de su cobijo.

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Mientras la idea de los popovers maduraba, relegada por las últimas seis o siete recetas de este blog que consideré más atractivas, hallé la razón real por la cual aún no los había preparado. Y sí. Faltaba algún ingrediente característico de cocinayletras que les diera su impronta. Mientras otras recetas –no menos deliciosas– fueron ganando el derecho de aparecer en el blog, hallé la combinación sutil (probada en tres preparaciones repetidas de la misma receta consecutivamente) del jengibre con la albahaca para otorgarles sabor y elegancia al mismo tiempo a los popovers.

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El popover es un bollo liviano, una especie de pancito pequeño cuya masa sube por encima del molde cuando se hornea, de allí su nombre en inglés que significa, literalmente, “saltar por encima”. Es ideal para los días de frío, pues sugiero comerlos calientes, o tibios, apenas salidos del horno. En este caso preparé una versión salada, pero los puede acompañar también con ingredientes dulces o combinarlos: queso de cabra y mermelada de higos, lonjas de parmesano y relish de tomates verdes GM, finísimas láminas de prosciutto con chutney de mango y vainilla, etc. A usted la creatividad…

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A mí el trabajo placentero de mostrarle paso a paso cómo darse un gusto sano con muy pocos ingredientes.

A la receta…

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Popovers de albahaca y jengibre. Gluten free!

Ingredientes: (para 10 popovers medianos)
160 ml de leche de coco
2 cdas. colmadas de jengibre rallado
180 grs de fécula de mandioca
120 grs de harina de arroz dulce (blanca)
1 1/2 cdtas. de sal marina
2 huevos medianos
40 ml de aceite de oliva
1 cdta. de polvo de hornear
2-3 cucharadas de albahaca fresca picada

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Preparación:
Precalentar el horno a fuego moderado. Untar con rocío vegetal o aceite de oliva 8 moldes pequeños de muffins. Llevar a heladera o freezer hasta el momento de utilizarlos.

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Calentar a fuego mediano la leche de coco y el jengibre rallado, cuando llegue a punto de hervor bajar el fuego a mínimo y mantenerlo durante 6-7 minutos para dar tiempo al jengibre de impregnar la leche con su aroma y sabor característicos. Retirar del fuego, dejar enfriar y reservar.

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Mezclar la fécula de mandioca, la harina de arroz dulce, la sal marina, el polvo de hornear. Reservar.

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Batir el huevo y agregar la leche de coco. Añadir el aceite de oliva y seguir batiendo.

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Agregar los ingredientes secos en dos tandas. Debe resultar una preparación bastante ligera.

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Por último incorporar la albahaca picada.

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Llenar los moldes hasta ¾ partes de su contenido. Espolvorear con queso rallado y llevar a horno durante 20 minutos (evitar abrir el horno antes de tiempo).

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Retirar del horno cuando estén apenas dorados en la superficie. Desmoldar y servir. Los que no se coman en el momento pueden calentarse después unos minutos en el horno y quedarán como recién hechos. Espero que los disfrute!

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Marisa Bergamasco
(Aficionada a la escritura, al buen cocinar y al buen comer y a los buenos y grandes cariños, de profesión agente de viajes, soñadora de vocación, por siempre…)

Pan de miel y jengibre

Pan de miel y jengibre

Letras | Cocina

dsc00348La receta está creada para lucir una mielera que es tan dulce por fuera como lo que lleva dentro. Me la prestó mi profesor de italiano, ferviente colaborador del blog y amigo muy pero muy querido. Hombre gentil, piadoso y paciente con quienes intentamos comunicar algo en esta lengua que para unos es un pasatiempo, para otros un desafío, y para mí un motivo de fascinación semejante a la que provocan otras destrezas, grandes o pequeñas, que finalmente conseguimos dominar (como los primeros pasos o los primeros besos) con tal porfía y un afán que pareciera despegarnos de este mundo.
Siempre le agradecemos a Néstor. No sólo las clases.

dsc00247La mielera es un chiche inglés. El diccionario de la Real Academia Española dice que la palabra chiche, en Argentina y en Bolivia, se refiere a cualquier cosa delicada, bonita y, por lo común, pequeña. Lástima que este término no se entienda en otros países, pues no creo en uno más completo para explicarla y hacerle un cumplido.

dsc00244No sé por qué razón, pero apenas de nacida ya la miel me caía mal. Exagero, es probable, sin embargo, puedo decirle con franqueza que durante casi toda mi vida no pude nada más no disfrutarla sino a veces hasta padecer su aroma para entonces repelente y su sabor que combinaba exacto, a mi modo de percibirlo, con el olor.

dsc00268Recuerdo no haber pasado los diez años de edad cuando mi mejor amiga me invitó una tarde a casa de sus primos. Al rato de jugar a las escondidas la merienda nos encontró entregadas a la euforia del juego. No quisimos suspender. Comíamos una mientras se escondía y la otra mientras contaba. Me acurruqué detrás del aljibe, con mi galleta con mantequilla y miel de campo en una mano que no sabía si tragar –sin degustar ni respirar– o tirar al pozo. Comencé a rasparla en la pared del aljibe. Una tristeza. La mantequilla y la miel se mezclaron. Mi galleta igual quedó impregnada de miel y mantequilla y de paso de alguna impureza de la piedra del aljibe. No me repetí, deshonrando la vehemencia de la tía porque siguiera comiendo.

dsc00341Por años descarté la miel de postres, comidas, bebidas, galletas y todo. También las infusiones que con persistencia me ofrecía mi padre en los inviernos, para curar las bronquitis que llegaban sin excepción con los primeros fríos. No tomé jamás un té con miel, hasta que las bronquitis se volvieron disgusto y en un momento pensé seriamente en aceptar la receta de alguien que me sugería un brebaje hecho de leche tibia con miel y clara de huevo, según sus explicaciones, bebida medicinal de cantantes de ópera para recuperar y fortalecer el genial comportamiento de sus cuerdas vocales. Y creo que por ahí es que empezó a seducirme. Cargada de un tono romántico la miel reclamaba al menos un poco de cortesía. Se la di. Compré un frasco y preparé la pócima. Después de la tarde del aljibe, me reencontraba con ella y era mi segunda experiencia en una vida que ya contaba unos cuantos años (no diré nunca el número). Quedé prendada. Aquello me sabía a flan, a caramelo, y entraba suave, sanando de a poco, mimando y abriendo un nuevo sentido al gusto del dulce.

dsc00342Descubrir que podía gustarme fue casi como aprender una destreza o pronunciar mi primera palabra en italiano. Hoy, que ya no me asalta la fascinación nueva de aquel brebaje de ópera, la miel es compañía de mis tés, ingrediente de mis tortas y postres, se desliza sobre quesos, ensaladas, endulza almíbares, escarcha almendras, deshace llantos, calma ansiedades. Las he probado de limón, de ulmo, de castaña, de erica, de algarrobo.

Asombra, conmueve y preocupa conocer la magnitud de aquello que podemos reparar. El de la miel es un ejemplo pequeño, cierto, pues hay mieles mucho más complejas y sustanciales ante las cuales, muy a menudo, en lugar de probarlas, nos hacemos los tontos. No será su caso, lo sé y a usted lo aprecio aún más por ello. Pero a mí, muy a menudo, frente a una de éstas últimas, se me achica la audacia…

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Pan de miel y jengibre

Ingredientes:
2 huevos
150 ml de aceite de oliva
200 grs de miel
350 grs de harina integral
100 grs de germen de trigo
2 cdtas. de polvo de hornear
1 pizca de sal
40 grs de cáscara de naranja confitada picada finamente
40 grs de nueces picadas groseramente
50 grs de pasas de uva
2 cdas. de jengibre rallado

dsc00263Preparación:
Mezclar la harina integral, el germen de trigo, el polvo de hornear y la pizca de sal. Añadir a los secos las pasas de uva, las nueces y las cáscaras de naranja confitadas. Revolver y reservar.

dsc00273En bowl aparte batir el aceite con la miel. Agregar los huevos de a uno y mezclar bien después de cada adición. Incorporar el jengibre rallado.

Añadir de a poco los ingredientes secos integrándolos con la espátula. Si la preparación resultara muy seca rectificar con un poco de leche. Verter la preparación en un molde de pan de 20 cm de largo y cocinar a fuego moderado durante 50-55 minutos o hasta que insertando un palillo lo retiremos limpio.

dsc00292Retirar, dejar entibiar y desmoldar.

dsc00318Servir acompañado de miel, algún dulce de su preferencia o nada más con su café habitual o su tecito de la tarde.

dsc00340Marisa Bergamasco
(Aficionada a la escritura, al buen cocinar y al buen comer y a los buenos y grandes cariños, de profesión agente de viajes, soñadora de vocación, por siempre…)

De India: Masala Chai

De India: Masala Chai

Letras | Cocina

dsc09500Cada comienzo de año se parece a un lunes. Se toman o se intentan tomar resoluciones nuevas, se inician las dietas de desintoxicación, aumenta el número de inscripciones en los gimnasios, de fieles en la iglesia, de mujeres en la peluquería cambiando estilos y colores, de esperanzas.

He recibido en mi correo varias ideas de regímenes a base de lechugas y otras frugalidades y algunos ejemplos de té depurativos, milagrosos –según sus creadores– para mitigar las consecuencias de este período de fiestas y comilonas. Justo y necesario probarlos.
Sólo que en mi caso, y luego de tantas dietas fallidas y exitosas, he resuelto consentirme un comienzo de año menos riguroso, más permisivo, pues sabemos que aquello prohibido adquiere un rol protagónico, se torna brillante y aumenta el deseo de conseguirlo, tocarlo, sentirlo, gustarlo, dominarlo. Claro que si usted ha tomado una resolución vital, entonces deberá ajustarse a sus exigencias. Ya no seré su referente con esta noción medio alocada que se me ha ocurrido en estos días sino su más devota seguidora y si me pide ayuda lo asistiré con alegría.

dsc09471De todas maneras usted me conoce. Opto, siempre que sea posible, por una alimentación sana, la forma más amigable de comer bien, sin privaciones ni ayunos que traerán consigo el enorme riesgo de malograr o abandonar hasta los mejores propósitos.

Le propongo un té, que si bien dicen tiene muchas propiedades revitalizantes, a mi me gusta porque es rico! El Masala Chai es una bebida muy popular en la India. Se toma a todas horas: para desayunar, comer o cenar, en casa, en la calle o cuando se visita una tienda, no vacilarán en ofrecérselo.
“Masala” es el nombre que se da a una mezcla de especias muy usada en la cocina hindú, literalmente significa “mezcla de especias calientes”, porque dan calor al cuerpo, y “Chai” significa té en hindú. El Masala, como se llama en India, es la mezcla de té negro con cardamomo, canela, jengibre, clavo, pimienta negra, cayena y nuez moscada. En realidad, no hay recetas para preparar un Masala Chai. Sí secretos. Dicen que cada familia en India prepara el suyo propio mezclando sus especias favoritas y esta combinación particular es transmitida de generación en generación. Su aroma seduce y su sabor nos sorprende y dispara el resto de los sentidos. Aunque los ingredientes pueden variar bastante, el sabor es siempre intenso, fresco y algo picante. Es importante que al servir, se haga desde lo alto, así se consigue que la bebida se oxigene y adquiera su gusto definitivo.

masala-chaiM&R Tours –recuerda que le he contado de nuestra agencia de viajes?– se ocupa, entre otras cosas, de acoger viajeros provenientes de la India en cualquier lugar de Sudamérica donde quieran pasar sus vacaciones. Y a través de estos años de no poco trabajo hemos aprendido a comprender cómo piensan, en qué creen, qué no dicen cuando dicen algo, qué esperan. Quizá cueste más entenderlos que quererlos, pues lo primero requiere cierto tiempo, lo segundo no más de un instante.

Para usted mi versión personal de este té tradicional de la India. Para nuestros indios: gracias!

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Masala Chai

Ingredientes: para 2 tazas
1 ½ tazas de agua
½ taza de leche (en mi caso uso de cabra)
2 cucharaditas generosas de té negro en hebras (o 2 saquitos de té)
3 cucharaditas de azúcar mascabo
1 cucharada de miel
1 cucharadita de jengibre fresco rallado
3 frutos de cardamomo (descartar las vainas y utilizar las semillas de su interior)
6 granos de pimienta negra
1 rama corta de canela
1 cucharadita de pétalos de rosa secos (opcional)

dsc09377dsc09371dsc09398dsc09390dsc09383dsc09386En una cacerolita pequeña hervir el agua, bajar el fuego y agregar la leche, el azúcar, la miel y cocinar por 3 a 5 minutos. Añadir el té y las especias, revolver bien y tapar el recipiente. Cocinar 5 minutos más a fuego lento.

dsc09459Apagar el fuego y dejar reposar por 5 minutos. Colar y servir desde lo alto.

dsc09463dsc09464dsc09483Marisa Bergamasco
(Aficionada a la escritura, al buen cocinar y al buen comer y a los buenos y grandes cariños, de profesión agente de viajes, soñadora de vocación, por siempre…)