Duraznos del Piamonte

Duraznos del Piamonte

Letras | Cocina

dsc00680Me han preguntado en estos días si prefiero las recetas dulces a las saladas, pues en este blog abundan las primeras. La respuesta viene sobrando. Herencia de mi madre, esta afición casi pasión que la alimenta y me alimenta como si fuéramos dos niñas, ojos orientados al postre, corazón que palpita sin freno con la gloria anticipada de una torta a punto de ser partida en trozos. Cómo será en su interior? Usted también se lo pregunta?

Con los años, como todo vicio o virtud, esta atracción tiende a convertirse en un modelo rancio, repetido y apegado a la costumbre en el comer. Tendencia que, por razones de salud y probable sobrepeso, me encaminó a la búsqueda de platos más ligeros, más sanos, con menos aporte de calorías inútiles. No así mi madre, fiel todavía a sus hábitos de juventud y portadora como pocos de una salud contundente que no se condice con los kilos de garrapiñadas de maní y los dulces caseros de duraznos, cargados ambos de azúcar, que come con alegría y gesto ingenuo, como quien engulle la bondad incuestionable de un bocado de arroz integral y sabe que será para bien. Y además conserva su cintura. Ojalá la genética se muestre así de compasiva conmigo.

dsc00534La herencia carga la esencia de la poesía en su lenguaje. Sea a través de los genes o de las tradiciones, la transferencia de detalles físicos, ideales y gustos, modos y hasta mañas es parte de un proceso sorprendentemente bello. Mis antepasados piamonteses difícilmente supieron escribir, vinieron de Turín y de Cúneo a trabajar la tierra que aquí era (y es) rica en hectáreas y prodigios. Sin embargo, el Piamonte y sus rutinas, o algunas, dialecto incluido, continúan manifestándose en casa como si leídos de algún libro de familia o contados por una abuelita de buen genio, de las que infunden el sueño con historias. Nada de eso. Ni relatos ni libros. No había tiempo para tales atenciones. Indemnes al paso de la vida nueva, transmitidas por intuición o imitación, las formas habituales del hablar, cocinar, conservar, criar y pensar de aquella otra vida que traían consigo y que antes de emigrar imaginaron sería la única, se propagaron como polvo soplado porque era preciso hacerse de un recuerdo vivo para aliviar la enormidad de la ausencia, asegurarse un método fácil para salvar la identidad.

dsc00540Fui crecida y malcriada en una cocina a la piamontesa, entre grisines, sabayón, dulces fritos, polenta, bagna cauda y ravioles, tallarines, bagnet, vitel toné, grapa y vermú, caracoles, hongos, liebre, arroz, anchoas, embutidos. Todo en grandes cantidades. Mi madre comía siempre menos y mantenía la línea a raya, el resto de nosotros la perdíamos con frecuencia.

La versión original de estos duraznos lleva mantequilla, chocolate y yema de huevo. Hay quien, además, opcionalmente le agrega al relleno unas gotas de algún licor. Los grasos y la humedad de las yemas y la mantequilla los reemplacé por los de la leche de coco, es más saludable y aporta un sabor delicado y una textura sedosa que combina espléndidamente con la rugosidad del amaretti. Con el chocolate, esta vez me contuve. Asumiría muy rápido el protagonismo que merecen en este postre los amaretti con su sabor almendrado; y la leche de coco, permítame insistir, servida encima de un durazno abierto, debería comerse a granel!

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Duraznos del Piamonte   (mi versión)

Ingredientes:
1 durazno por persona (la receta está pensada con 3 duraznos)
1 litro de agua
200 grs de azúcar rubia
1 lata de leche de coco (400 grs.)
80 grs de amaretti
2 cucharadas colmadas de miel
cáscaras de naranja confitadas c/n

dsc00538dsc00588Preparación:
Para los duraznos:
Llevar a ebullición el agua y el azúcar hasta obtener un almíbar ligero (5 minutos). Incorporar los duraznos lavados y enteros con un corte en cruz de la cáscara en su parte inferior. Hervirlos por 10 minutos o hasta que la piel comience a desprenderse.

dsc00635Retirarlos del fuego y pasarlos a un recipiente con agua fría para cortar la cocción y enfriarlos. Pelarlos y cortarlos por la mitad con cuidado de no romperlos. Descarozarlos y dejarlos reposar sobre papel de cocina para que suelten el líquido excedente y evitar así que se mezcle con el relleno. Continuar la ebullición del almíbar por 10 minutos más hasta que reduzca y espese apenas.

dsc00655dsc00675Para el relleno:
Llevar la leche de coco al refrigerador. El agua de la leche se mantendrá en la parte inferior de la lata y los grasos se solidificarán arriba, de modo que podremos usarla como si fuera una crema lista para ser montada a nieve (y mucho más rica!).
Retirar la parte densa de la leche delicadamente, para no permitir que el líquido suba también a la superficie. Verter en un recipiente, agregar la miel y mezclar.

dsc00625Triturar en procesadora, mortero o nada más con la mano los amaretti hasta lograr la consistencia deseada, a mí me gusta un resultado más rústico, pero es usted quien decide. Agregarlos a la crema de coco y mezclar bien.

dsc00660Repasar con lienzo o papel toalla el centro de los duraznos para terminar de secarlos. Rellenarlos con la crema, una cucharada por cada mitad, y finalizar con las cáscaras de naranja abrillantadas y algunas almendras fileteadas. Servir con el almíbar o disponerlo aparte para que cada quien se sirva a voluntad.

dsc00706Marisa Bergamasco
(Aficionada a la escritura, al buen cocinar y al buen comer y a los buenos y grandes cariños, de profesión agente de viajes, soñadora de vocación, por siempre…)

Pasta de maní

Pasta de maní

Letras | Cocina

dsc00167dsc00012La comí por primera vez al tiempo de estar viviendo en Miami, hace unos pocos años. Y me gustó.
No recuerdo haberla visto antes de eso en los supermercados de aquí o de Chile (por los que anduve otro tiempo también), o siquiera haber mencionado ni advertido el deseo de comprarla. Pero el americano es tan aficionado a su peanut butter como, por ejemplo, nosotros al dulce de leche o el italiano a la nutella, y no hay apetito o espíritu que se resista –menos uno apegado al dulce como el mío– a la presencia sin falta de este producto en los hogares, los negocios, los quioscos, la televisión, las recetas, la cultura. Costaba poco, a diferencia de lo mucho que pagamos en nuestras góndolas por uno de estos frascos, y era natural, orgánica y sin azúcares agregados.

dsc00128Si aprendí algo en Estados Unidos mejor que el inglés fue el sabor de la comida orgánica. Y lo aprendí rápido. Pollos, salmones, huevos, brócolis, hojas verdes y de cuanto color vivo la naturaleza tiene a bien regalarnos, frutas, quesos, nómbreme… supermercados enteros de productos orgánicos, organizados por departamentos o góndolas diferenciadas, con lo mejor de allí y del resto del mundo, exhibido con harto primor, una delicia recorrerlo y un beneficio a corto y largo plazo comprar, si usted es de los que se preocupan algo de su salud.

whole-food-marketUno de los más completos es el Whole Foods Market. Una maravilla! Una prestigiosa cadena de supermercados con locales en Estados Unidos, Canadá y el Reino Unido. Hacer las compras en su local de Pinecrest, saliendo de la ciudad de Miami, se planificaba como un día de paseo. La villa residencial de Pinecrest merece ella sola el viaje, pero bastaba alargar unos kilómetros para llegar a la ciudad de Homestead y aprovechar mejor el sol del día que en Miami rara vez no se deja ver. Homestead, devastada en el 2002 por el huracán Andrew y luego repoblada y convertida en una próspera ciudad agrícola, es una tregua concedida al rumor y al tráfico citadinos y un destino estimulante para quienes entendemos y hemos visto el trabajo del campo y lo disfrutamos más por ello. De manera que las paltas, los mangos, las naranjas, que luego compraríamos en el Whole Foods Market seguramente provenían de sus cultivos. Tomar mate en uno de estos caminos es uno de los más queridos recuerdos que atesoro de aquellos fines de semana.

mate-en-homesteadplantaciones-homesteadOtro de mis favoritos era el Wild Oats Market, en South Beach, también un paseo atravesar el puente que separa la isla de la ciudad y después o antes de las compras visitar un rato el mar que tanto añoro…
Claro que no todos los días podemos tomarnos este tiempo para hacer compras, entonces cerca de casa existirá siempre un Publix, o la cadena que fuera dependiendo del estado en que se encuentre, en donde además de hallar una sección de orgánicos de casi la mayoría de los productos participará de algunas charlas raras como ésta. Ponga atención:

–        Este queso no tiene precio, -dijo la cajera mirándome. Me dispuse a salirme de la caja y a buscar otro en las góndolas que lo llevara impreso, pero ella habló antes: – Vaya enfrente, a atención al cliente, allí se lo darán gratis.
–        Por qué?, -pregunté curiosa y contenta.
–        Es el procedimiento, cuando no tiene precio se lo lleva gratis.

Era un queso mascarpone que, gratuito, resultó doblemente cremoso… Fue la primera lección que recibía de respeto hacia el cliente. Luego ya no me sorprenderían; ¿adoptaría usted, como yo, las buenas maneras y costumbres con mayor ligereza que las del desatento?

publixCada aspecto de la conformación de una cultura es criticable y, a la vez, digno de nuestros elogios, según el punto de vista. La cultura americana, que evidentemente adolece de faltas, como el resto, puede presumir, sin embargo, de su concepción integral del cliente y de su conciencia de la necesidad de él como el factor más importante para el desarrollo o no de una empresa. El cliente de un supermercado, de un banco, de una tienda, de un restaurante, no debiera considerarse un integrante menor en esta búsqueda del desarrollo. En esta parte del sur del mundo, debo decirle, y con bastante tristeza, nosotros, clientes y consumidores, nos hallamos en una situación delicada: sin voz o derecho a reclamo, mucho menos con derecho a la devolución de un producto, y con frecuencia debemos padecer el trato descortés de empleados o hasta dueños de un negocio que difícilmente entenderán algún día la anécdota del mascarpone…

dsc00202Me voy a mi pasta de maní. Maní comprado en una de las dietéticas que me tiene como cliente cautiva. Es una posibilidad válida para esquivar la descortesía de la cual hablo, la de apropiarse de un negocio y revisitarlo, educar a su dueño, domesticarlo y procurar hasta su cariño. En el mundo del revés usted elige: o pretende la razón o trabaja por un trato ameno.

Pasta de maní

Ingredientes: para 300 grs de producto terminado
200 grs de maní pelado y tostado
1 pizca de sal marina
4 cucharaditas de miel
2 cucharaditas de aceite de oliva
agua c/n

dsc00043dsc00090Preparación:
Procesar el maní hasta obtener un polvo.

dsc00093dsc00098Continuar procesando hasta que adopte la consistencia de una pasta. A medida que el maní va soltando sus aceites se irá amalgamando y adquiriendo el aspecto de una mantequilla.

dsc00100Agregar la miel, la pizca de sal, el aceite de oliva y procesar (en mi caso utilicé maníes salados, verifique el punto de sal del maní que compra, de otro modo necesitará mayor cantidad de miel para endulzarlos).

dsc00105dsc00107Por último agregar el agua de a poco, con cuidado para no aguar la mezcla, mientras continúa procesando hasta obtener el punto deseado. Debe resultar una pasta untable.

dsc00111dsc00114dsc00181dsc00196dsc00215dsc00224Marisa Bergamasco
(Aficionada a la escritura, al buen cocinar y al buen comer y a los buenos y grandes cariños, de profesión agente de viajes, soñadora de vocación, por siempre…)

Caponata. Alla Sicilia!

Caponata. Alla Sicilia!

Letras | Cocina

dsc00488Recentemente ho fatto un viaggio in Sicilia. Terra lontana e antica, a volte ancora arcaica e rude che poi, appena qualche chilometro più avanti, riprende la sua fisionomia da cartolina, facendoci ripensare alla Toscana, al Piemonte, con i loro vigneti coltivati e le loro colline soffici che conferiscono al tutto l’immagine di un paessaggio ovunque ondulante, pitturato a strisce da grappoli d’uva, ulivi, alberi da frutto…

dsc08364dsc08401Ho già scritto sulle mie visite in Emilia Romagna per incontrare gli amici, ormai famiglia, e sul sentimento atemporale che mi travolge e mi trasporta cent’anni indietro in quelle mattinate indelebili in cui facciamo i tortellini e i tortelloni insieme alle mamme e le nonne. Invece in Sicilia, gli anni corrono indietro a millenni e l’esperienza diventa poi un ricordo di giornate intense passate in quei templi antichi presso Agrigento o Selinunte –tra altri– o nei Teatri di Siracusa, dove il tempo ci si presenta assurdamente, gioca con noi, si muove indietro e avanti cinquemila anni e ci sommerge in una bellezza strana, dal senso diverso, dall’aria misteriosa e mitica, da far subire incessantemente la cosiddetta sindrome di Stendhal. Bella, bella, bella. Bella da morire…

dsc08302dsc08306Mi sono proprio mancati così tanti luoghi da vedere –la Sicilia è molto grande – e tanti piatti buoni ancora da gustare che mi auguro di farlo in un prossimo viaggio, magari assai presto. Chissà…

dsc08362dsc08348Dal cioccolato di Modica alle mandorle croccanti, dal pesce spada ai frutti di mare, dalla cassata siciliana (apoteosi della dolcezza) alla saporita caponata che ho assaggiato in quasi tutte le tavole, sono tornata con la certezza di aver provato soltanto una piccola dimostrazione  –stupenda– del suo ricco universo gastronomico.

dsc08390dsc08228dsc08229Non sarò io ad insegnare la ricetta della caponata siciliana, figuratevi. Vi confesso, mano in cuore, che questa è la prima volta che la preparo. E ne sono molto entusiasta. Perdonatemi, in anticipo, qualche errore di cottura, o gli sbagli nella scelta degli ingredienti, o nella presentazione del piatto. L’ho fatta così come l’ho sentita sgorgare dal profondo del cuore, come al solito, con l’amore urgente che offro umilmente all’Italia, tutta l’Italia, che mi regala il doppio e ancor di più di quanto io possa offrirle. E con l’eterna necessità di ringraziarla, mai riuscita nel modo che merita, per l’improvvisa fortuna di scoprirla nel mio destino pocchi anni fa. Terra mia e amata, generosa, terra di amici, di famiglia, di sogni, terra splendida che tanto mi manca.

dsc00495Quindi, alla Sicilia! A Gabriella e a Gianni che mi hanno dato il cielo in appena un giorno; mi chiedo quanto avrei avuto da ringraziarvi ancora se ne avessi avuti due per goderceli insieme…

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Caponata

Ingredienti:
600 gr di melanzane
100 gr di gambi di sedano
1 cipolla
80 gr di olive verdi
25 gr di capperi
200 gr di pomodori rossi
1 cucchiaio di zucchero
1 tazzina di aceto
olio d’oliva q.b.
sale e pepe q.b.

dsc00424Preparazione:

Mondare le melanzane, tagliarle a cubetti, salarle e far saltare in una padella con olio extravergine di oliva (soltanto dorare, fino a metà cottura). Sollevare le melanzane con una schiumarola e metterle da parte.

dsc00447dsc00452dsc00457Affettare la cipolla e tagliare i gambi di sedano a rondelline sottili, metterli nella padella in cui avevamo soffritto le melanzane e farle appassire condite con del sale.

dsc00455dsc00465Aggiungere i capperi dissalati e le olive (se preferite denocciolatele), e cuocere ancora qualche minuto.

dsc00467Aggiungere i pomodori tagliati a cubetti e in ultimo le melanzane.

dsc00474Sfumare con una tazzina di aceto, aggiungere lo zucchero e e mescolare delicatamente.dsc00478dsc00484Servire a temperatura ambiente come antipasto, contorno o piatto unico. Finire cospargendo delle mandorle tagliate grossolanamente.

dsc00491dsc00512dsc00533Marisa Bergamasco

(Affezionata alla scrittura, alla buona cucina, al mangiare bene e ai buoni e grandi affetti, agente di viaggi di professione, sognatrice di vocazione, per sempre…)

Pan de miel y jengibre

Pan de miel y jengibre

Letras | Cocina

dsc00348La receta está creada para lucir una mielera que es tan dulce por fuera como lo que lleva dentro. Me la prestó mi profesor de italiano, ferviente colaborador del blog y amigo muy pero muy querido. Hombre gentil, piadoso y paciente con quienes intentamos comunicar algo en esta lengua que para unos es un pasatiempo, para otros un desafío, y para mí un motivo de fascinación semejante a la que provocan otras destrezas, grandes o pequeñas, que finalmente conseguimos dominar (como los primeros pasos o los primeros besos) con tal porfía y un afán que pareciera despegarnos de este mundo.
Siempre le agradecemos a Néstor. No sólo las clases.

dsc00247La mielera es un chiche inglés. El diccionario de la Real Academia Española dice que la palabra chiche, en Argentina y en Bolivia, se refiere a cualquier cosa delicada, bonita y, por lo común, pequeña. Lástima que este término no se entienda en otros países, pues no creo en uno más completo para explicarla y hacerle un cumplido.

dsc00244No sé por qué razón, pero apenas de nacida ya la miel me caía mal. Exagero, es probable, sin embargo, puedo decirle con franqueza que durante casi toda mi vida no pude nada más no disfrutarla sino a veces hasta padecer su aroma para entonces repelente y su sabor que combinaba exacto, a mi modo de percibirlo, con el olor.

dsc00268Recuerdo no haber pasado los diez años de edad cuando mi mejor amiga me invitó una tarde a casa de sus primos. Al rato de jugar a las escondidas la merienda nos encontró entregadas a la euforia del juego. No quisimos suspender. Comíamos una mientras se escondía y la otra mientras contaba. Me acurruqué detrás del aljibe, con mi galleta con mantequilla y miel de campo en una mano que no sabía si tragar –sin degustar ni respirar– o tirar al pozo. Comencé a rasparla en la pared del aljibe. Una tristeza. La mantequilla y la miel se mezclaron. Mi galleta igual quedó impregnada de miel y mantequilla y de paso de alguna impureza de la piedra del aljibe. No me repetí, deshonrando la vehemencia de la tía porque siguiera comiendo.

dsc00341Por años descarté la miel de postres, comidas, bebidas, galletas y todo. También las infusiones que con persistencia me ofrecía mi padre en los inviernos, para curar las bronquitis que llegaban sin excepción con los primeros fríos. No tomé jamás un té con miel, hasta que las bronquitis se volvieron disgusto y en un momento pensé seriamente en aceptar la receta de alguien que me sugería un brebaje hecho de leche tibia con miel y clara de huevo, según sus explicaciones, bebida medicinal de cantantes de ópera para recuperar y fortalecer el genial comportamiento de sus cuerdas vocales. Y creo que por ahí es que empezó a seducirme. Cargada de un tono romántico la miel reclamaba al menos un poco de cortesía. Se la di. Compré un frasco y preparé la pócima. Después de la tarde del aljibe, me reencontraba con ella y era mi segunda experiencia en una vida que ya contaba unos cuantos años (no diré nunca el número). Quedé prendada. Aquello me sabía a flan, a caramelo, y entraba suave, sanando de a poco, mimando y abriendo un nuevo sentido al gusto del dulce.

dsc00342Descubrir que podía gustarme fue casi como aprender una destreza o pronunciar mi primera palabra en italiano. Hoy, que ya no me asalta la fascinación nueva de aquel brebaje de ópera, la miel es compañía de mis tés, ingrediente de mis tortas y postres, se desliza sobre quesos, ensaladas, endulza almíbares, escarcha almendras, deshace llantos, calma ansiedades. Las he probado de limón, de ulmo, de castaña, de erica, de algarrobo.

Asombra, conmueve y preocupa conocer la magnitud de aquello que podemos reparar. El de la miel es un ejemplo pequeño, cierto, pues hay mieles mucho más complejas y sustanciales ante las cuales, muy a menudo, en lugar de probarlas, nos hacemos los tontos. No será su caso, lo sé y a usted lo aprecio aún más por ello. Pero a mí, muy a menudo, frente a una de éstas últimas, se me achica la audacia…

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Pan de miel y jengibre

Ingredientes:
2 huevos
150 ml de aceite de oliva
200 grs de miel
350 grs de harina integral
100 grs de germen de trigo
2 cdtas. de polvo de hornear
1 pizca de sal
40 grs de cáscara de naranja confitada picada finamente
40 grs de nueces picadas groseramente
50 grs de pasas de uva
2 cdas. de jengibre rallado

dsc00263Preparación:
Mezclar la harina integral, el germen de trigo, el polvo de hornear y la pizca de sal. Añadir a los secos las pasas de uva, las nueces y las cáscaras de naranja confitadas. Revolver y reservar.

dsc00273En bowl aparte batir el aceite con la miel. Agregar los huevos de a uno y mezclar bien después de cada adición. Incorporar el jengibre rallado.

Añadir de a poco los ingredientes secos integrándolos con la espátula. Si la preparación resultara muy seca rectificar con un poco de leche. Verter la preparación en un molde de pan de 20 cm de largo y cocinar a fuego moderado durante 50-55 minutos o hasta que insertando un palillo lo retiremos limpio.

dsc00292Retirar, dejar entibiar y desmoldar.

dsc00318Servir acompañado de miel, algún dulce de su preferencia o nada más con su café habitual o su tecito de la tarde.

dsc00340Marisa Bergamasco
(Aficionada a la escritura, al buen cocinar y al buen comer y a los buenos y grandes cariños, de profesión agente de viajes, soñadora de vocación, por siempre…)