Miércoles de Polenta

Miércoles de Polenta

Letras | Cocina

dsc00788Maleable, rica, conforta, se viste de mil maneras, y también viene del Piamonte. Bueno, usted sabe, el maíz viene de América, pero han sido los italianos quienes hicieron de este plato una comida de fama mundial.

Como el maíz necesita agua -y bastante- para desarrollarse, la polenta es un producto típico del norte de Italia, particularmente de la Lombardía, que suele ser más húmedo que las zonas de más al sur. Fue la gran inmigración de italianos de mediados del siglo XIX, mayormente compuesta por lombardos, piamonteses y ligures, la que trajo la polenta a la Argentina. Como dije en mi última entrada “Duraznos del Piamonte” el comportamiento alimentario es uno de los instrumentos o bendiciones que consiente la posibilidad a los emigrantes de recrear su identidad de grupo en los países de acogida. Así lo han entendido mi bisabuela, mi abuela, mi madre y los hijos de mi hermano, pues cinco generaciones más tarde de aquel histórico desembarco, seguimos comiendo polenta.

dsc00811Cuando mi padre cenaba fuera de casa con sus amigos los días miércoles (derecho que unos años atrás ostentaban los hombres y casi nunca sus mujeres) mi hermano y yo todavía niños jugábamos con mi madre a poner sobre la mesa lo que mi papá no hubiera aprobado luego de un día extenuante de trabajo en el campo: café con leche con pan y mermelada, huevos revueltos, papas y zanahorias fritas, queso y dulce, lo que fuera con poca o ninguna cocción, pues lo extenuante para ella era pensar a diario qué almorzar y qué cenar y qué preparar en grandes cantidades para alimentar a los empleados en el campo. Mi hermano y yo no éramos conscientes de su agobio, éramos más bien libres de hacer un picnic cada miércoles y comer a nuestro antojo. A veces polenta. Con leche. Y nada más. O una cucharada de queso rallado espolvoreada por encima.

dsc00848El comportamiento alimentario no es sólo bendición que nos define como individuos con orígenes distintos, es a veces un camino directo para mirar los recuerdos desde un sabor particular, o desde una circunstancia, un ingrediente  o un olor. Los científicos sociales afirman y han demostrado que asignamos a la comida un significado que va más allá del aporte nutricional y del placer que nos proporciona. Evocamos tantas memorias a través de ella que me atrevería a no fiarme de quien la juzgue con apatía.

dsc00922Con un matiz diverso, o varios, he querido acercarles hoy la polenta de aquellos miércoles. Ojalá encuentren en ella el tono festivo y alegre de nuestras cenas de parranda en familia, o del brillo con que las recuerdo.
Les propongo un plato de entrada, o uno principal, dependiendo de la cantidad y la índole de sus comensales y de su propensión, si la tuviera, a pasarse tiempo quizá demás en la cocina para elaborar esta polenta y sus tres variantes, aunque con un esfuerzo mínimo.

dsc01010El discurso de la añoranza…
El tránsito de la visión de un mundo desde la perspectiva de un cuerpo pequeño y una mente aún poco desarrollados hasta nuestro mundo adulto de hoy es una fábula creada por los sentidos que elige y excluye, y al final condensa, de aquella infancia, literal y únicamente, la maravilla.

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Polenta grillada con paté de tomates secos y lonjas de parmesano
Ingredientes: como entrada para 3 o 4 personas
Para la polenta:
250 grs de harina de maíz o polenta orgánica (usé la de cocción rápida)
750 ml de agua
1 cucharada al ras de sal marina
50 ml de aceite de oliva

Ingredientes para el paté de tomates secos:
100 grs de tomates secos
1 cucharada generosa de alcaparras escurridas y lavadas
aceite de oliva, sal y pimienta a gusto

dsc00821dsc00815Preparación de la polenta:
Llevar a ebullición el agua, cuando rompa hervor agregar la sal y el aceite. Incorporar enseguida en forma de lluvia la polenta y revolver enérgicamente hasta que espese (1 o 2 minutos).

dsc00852Retirar del fuego y verter sobre una placa untada con aceite de oliva. Dejar enfriar. Cuando endurezca cortar porciones en círculos o triángulos o de la forma que más le agrade. Pincelarlas con aceite de oliva y grillar a fuego fuerte hasta que se marquen de ambos lados. Reservar.

dsc00926dsc00939Preparación del paté:
Dejo este link en donde ya explicamos cómo preparar conserva de tomates secos. Si utilizamos los tomates en aceite, entonces los extraeremos del frasco con la menor cantidad posible de aceite y los procesaremos con la cucharada de alcaparras hasta lograr una consistencia cremosa.

dsc00883dsc00828Si partimos de tomates secos, hidratarlos en agua caliente hasta que estén tiernos. Estrujarles el agua sobrante y picarlos. Procesar junto con la cucharada de alcaparras hasta lograr una consistencia cremosa.
En ambos casos condimentar con sal y pimienta a gusto, regulando la cantidad de aceite a incorporar dependiendo del tomate que utilizaremos, si son en conserva nos limitaremos a una cucharadita.

dsc00889Untar sobre la porción de polenta grillada y terminar con una escama o feta bien fina de queso parmesano y unas hojitas de albahaca. Sujetar con un palillo.

Polenta grillada con paté de olivas y prosciutto
Ingredientes:
1/3 de la polenta grillada
80 grs de aceitunas negras tipo griegas
100 grs de aceitunas verdes
1 cdta. de ralladura de cáscara de limón

dsc00846Preparación:
Descarozar las aceitunas y procesar o trabajar con minipimer junto con la ralladura de limón hasta obtener una consistencia de paté rústico, sin pretensiones, con ciertos trocitos aún enteros de aceituna para morder después su sabor fresco y su textura carnosa.

dsc00856dsc00871Disponer una cucharada generosa de paté sobre la porción de polenta grillada y terminar con una feta de prosciutto. Sujetar con un palillo.

Polenta grillada con queso azul y nueces
Ingredientes:
1/3 de la polenta grillada
queso azul c/n
50 grs de nueces mariposa

dsc00827dsc00831Romper el queso azul en pequeños trozos y colocarlos sobre cada porción de polenta grillada. Presionar con una nuez y sujetar con palillo.

dsc00977Marisa Bergamasco
(Aficionada a la escritura, al buen cocinar y al buen comer y a los buenos y grandes cariños, de profesión agente de viajes, soñadora de vocación, por siempre…)

Duraznos del Piamonte

Duraznos del Piamonte

Letras | Cocina

dsc00680Me han preguntado en estos días si prefiero las recetas dulces a las saladas, pues en este blog abundan las primeras. La respuesta viene sobrando. Herencia de mi madre, esta afición casi pasión que la alimenta y me alimenta como si fuéramos dos niñas, ojos orientados al postre, corazón que palpita sin freno con la gloria anticipada de una torta a punto de ser partida en trozos. Cómo será en su interior? Usted también se lo pregunta?

Con los años, como todo vicio o virtud, esta atracción tiende a convertirse en un modelo rancio, repetido y apegado a la costumbre en el comer. Tendencia que, por razones de salud y probable sobrepeso, me encaminó a la búsqueda de platos más ligeros, más sanos, con menos aporte de calorías inútiles. No así mi madre, fiel todavía a sus hábitos de juventud y portadora como pocos de una salud contundente que no se condice con los kilos de garrapiñadas de maní y los dulces caseros de duraznos, cargados ambos de azúcar, que come con alegría y gesto ingenuo, como quien engulle la bondad incuestionable de un bocado de arroz integral y sabe que será para bien. Y además conserva su cintura. Ojalá la genética se muestre así de compasiva conmigo.

dsc00534La herencia carga la esencia de la poesía en su lenguaje. Sea a través de los genes o de las tradiciones, la transferencia de detalles físicos, ideales y gustos, modos y hasta mañas es parte de un proceso sorprendentemente bello. Mis antepasados piamonteses difícilmente supieron escribir, vinieron de Turín y de Cúneo a trabajar la tierra que aquí era (y es) rica en hectáreas y prodigios. Sin embargo, el Piamonte y sus rutinas, o algunas, dialecto incluido, continúan manifestándose en casa como si leídos de algún libro de familia o contados por una abuelita de buen genio, de las que infunden el sueño con historias. Nada de eso. Ni relatos ni libros. No había tiempo para tales atenciones. Indemnes al paso de la vida nueva, transmitidas por intuición o imitación, las formas habituales del hablar, cocinar, conservar, criar y pensar de aquella otra vida que traían consigo y que antes de emigrar imaginaron sería la única, se propagaron como polvo soplado porque era preciso hacerse de un recuerdo vivo para aliviar la enormidad de la ausencia, asegurarse un método fácil para salvar la identidad.

dsc00540Fui crecida y malcriada en una cocina a la piamontesa, entre grisines, sabayón, dulces fritos, polenta, bagna cauda y ravioles, tallarines, bagnet, vitel toné, grapa y vermú, caracoles, hongos, liebre, arroz, anchoas, embutidos. Todo en grandes cantidades. Mi madre comía siempre menos y mantenía la línea a raya, el resto de nosotros la perdíamos con frecuencia.

La versión original de estos duraznos lleva mantequilla, chocolate y yema de huevo. Hay quien, además, opcionalmente le agrega al relleno unas gotas de algún licor. Los grasos y la humedad de las yemas y la mantequilla los reemplacé por los de la leche de coco, es más saludable y aporta un sabor delicado y una textura sedosa que combina espléndidamente con la rugosidad del amaretti. Con el chocolate, esta vez me contuve. Asumiría muy rápido el protagonismo que merecen en este postre los amaretti con su sabor almendrado; y la leche de coco, permítame insistir, servida encima de un durazno abierto, debería comerse a granel!

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Duraznos del Piamonte   (mi versión)

Ingredientes:
1 durazno por persona (la receta está pensada con 3 duraznos)
1 litro de agua
200 grs de azúcar rubia
1 lata de leche de coco (400 grs.)
80 grs de amaretti
2 cucharadas colmadas de miel
cáscaras de naranja confitadas c/n

dsc00538dsc00588Preparación:
Para los duraznos:
Llevar a ebullición el agua y el azúcar hasta obtener un almíbar ligero (5 minutos). Incorporar los duraznos lavados y enteros con un corte en cruz de la cáscara en su parte inferior. Hervirlos por 10 minutos o hasta que la piel comience a desprenderse.

dsc00635Retirarlos del fuego y pasarlos a un recipiente con agua fría para cortar la cocción y enfriarlos. Pelarlos y cortarlos por la mitad con cuidado de no romperlos. Descarozarlos y dejarlos reposar sobre papel de cocina para que suelten el líquido excedente y evitar así que se mezcle con el relleno. Continuar la ebullición del almíbar por 10 minutos más hasta que reduzca y espese apenas.

dsc00655dsc00675Para el relleno:
Llevar la leche de coco al refrigerador. El agua de la leche se mantendrá en la parte inferior de la lata y los grasos se solidificarán arriba, de modo que podremos usarla como si fuera una crema lista para ser montada a nieve (y mucho más rica!).
Retirar la parte densa de la leche delicadamente, para no permitir que el líquido suba también a la superficie. Verter en un recipiente, agregar la miel y mezclar.

dsc00625Triturar en procesadora, mortero o nada más con la mano los amaretti hasta lograr la consistencia deseada, a mí me gusta un resultado más rústico, pero es usted quien decide. Agregarlos a la crema de coco y mezclar bien.

dsc00660Repasar con lienzo o papel toalla el centro de los duraznos para terminar de secarlos. Rellenarlos con la crema, una cucharada por cada mitad, y finalizar con las cáscaras de naranja abrillantadas y algunas almendras fileteadas. Servir con el almíbar o disponerlo aparte para que cada quien se sirva a voluntad.

dsc00706Marisa Bergamasco
(Aficionada a la escritura, al buen cocinar y al buen comer y a los buenos y grandes cariños, de profesión agente de viajes, soñadora de vocación, por siempre…)