Sonrisa de choclos

Sonrisa de choclos

Letras | Cocina

dsc08794Estuve en Chile. Un viaje poco y nada feliz.
Me convocó el cariño de un alma de mi familia que rehúye la vida y, de a ratos, la deja irse, curiosa de lo que vendrá después, de los encuentros o reencuentros, del descanso.

Adentro el aire pesaba de pena, mientras mis dos volcanes amigos nos mostraron afuera un despilfarro de hermosura. Cada día se recortaron con precisión sobre un horizonte continuo de sol y de luz que no dio tregua en ningún momento a la lluvia del sur de Chile, capaz de colarse sin permiso en los cielos más despejados.

dsc08620Mis queridos volcanes. El Calbuco y el Osorno. El primero tiene dientes enormes, es filoso, desprolijo, ancho, inexpugnable. Un penacho de nieve. El Osorno es orondo y redondo, una señora dócil, siempre peinada igual, nos consiente sin molestarse, nos subimos hasta su cabeza, le caminamos las costillas, le hacemos cosquillas.

dsc08619Comprenderá que no esta vez, claro, no hubo tiempo ni ganas de pasear en la nieve. Pero hubo tiempo en la cocina que valió tanta más alegría que cualquier subida a la montaña. Una rebanada de pan integral con huevos de campo revueltos, cocidos a fuego lentísimo para mantenerlos cremosos, se convirtió en el primer plato improvisado para quien regresaba de una internación y de sus comidas repelentes. Ni bien probarlos, se le disparó una sonrisa con todo y ojos, y los míos se aguaron, agradeciendo la nostalgia que vendrá mañana por este instante de drástica dicha, este regalo navideño, un recuerdo inalterable.

Hoy preparo una entrada de choclos. Sus granos expuestos en hileras me parecen los dientes de una sonrisa amplia que se abre sin escrúpulos y los enseña también.

dsc08629dsc08653El primer pastel de choclos lo comí en Chile, unos cuantos años atrás, en Santiago –es evidente que este último viaje ha perturbado el letargo de algunas de estas vivencias… Y he querido contárselas.

El verdadero pastel de choclos lleva un relleno de carne, pollo, aceitunas, huevos duros, cebollas, etc. y una cobertura de pasta de maíz rallado y cocida con leche. Cuando las temperaturas de la estación del año plantean un alto riesgo de sudoración excesiva frente a un plato de esta envergadura, optar por combinaciones más ligeras suele tener sus ventajas a la hora de la digestión. No sé si logro explicarme…

dsc08753Esta entrada puede servirse perfectamente en un menú navideño, acompañada de una ensalada fresca de tomates cherry, apio, palta y choclos desgranados que ensamblaremos enseguida. Si le gusta el pesto, no se prive, va muy bien con el pastel (puede copiar la receta de mi pesto de albahaca y perejil que figura en este post del mes de agosto).

dsc08749En mi casa hacen faltan muchas de estas sonrisas exageradas. Sonrisas de choclos, de huevos cremosos, completas. Me conviene apurarme y partir a la cocina. Quizá si con un poco de esfuerzo, más que sonrisas, consiga un milagro…

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Sonrisa de choclos con ensalada fresca

Ingredientes:
Para la sonrisa de choclos: (4 porciones)

1 cebolla grande
5 choclos
1 ramillete de albahaca fresca
1 ají picante
30 ml aceite de oliva
leche c/n (idealmente de cabra)
sal marina c/n

dsc08631dsc08634Para la ensalada fresca:

400 grs de tomates cherry (puede usar tomate perita o redondo)
2 ramas de apio
1 palta
1 choclo cocido y desgranado
unas hojitas de albahaca
aceite, sal marina y jugo de limón exprimido c/n (a gusto)

dsc08714dsc08716dsc08727Preparación:

Para la sonrisa de choclos:
Pelar los choclos y cocinarlos preferentemente en una vaporera o hervirlos en agua con sal durante 8 minutos o hasta que estén tiernos. Retirar y una vez tibios desgranar con cuchillo.

dsc08669Pelar la cebolla y cortarla en juliana. Retirar la vaina central del ají y las semillas y picar.

dsc08659dsc08664Rehogar la cebolla y el ají en una sartén o cacerola con un poquito de aceite de oliva, mucha albahaca picada y sal marina. Cuando la cebolla esté translúcida agregar el choclo cocido y desgranado y cocinar durante 5 minutos más. Rectificar sal.

Verter la mezcla en una licuadora o procesadora y trabajar ligeramente. Agregar los 30 ml de aceite de oliva mientras la estamos procesando y si hiciera falta un poquito de leche hasta alcanzar el punto de una crema espesa. Debe resultar una pasta uniforme pero que contenga aún algunos granos de choclo enteros.

dsc08672dsc08674Embeber un molde rectangular o una cazuela de barro de aceite de oliva, espolvorear con harina de maíz (polenta) y verter la preparación de los choclos.dsc08684dsc08692Terminar con un hilo de aceite de oliva sobre la superficie y, si le agrada, como lo hacen en Chile, espolvorear con un poco de azúcar.

dsc08695Cocinar a fuego fuerte hasta que dore. Retirar, dejar entibiar y servir con la ensalada fresca y un poco del pesto de albahaca.

dsc08704Para la ensalada fresca:
Cortar los tomates cherry por la mitad o los tomates que elija en rodajas del tamaño que desee. Pelar la palta y cortarla en pequeños trozos. Deshilar las ramas de apio y picarlas finamente. Mezclar todos los ingredientes y agregar el choclo cocido. Condimentar con una vinagreta de jugo de limón, aceite de oliva y sal marina. Decorar con hojitas de albahaca fresca.

dsc08759dsc08796dsc08804dsc08745Marisa Bergamasco
(Aficionada a la escritura, al buen cocinar y al buen comer y a los buenos y grandes cariños, de profesión agente de viajes, soñadora de vocación, por siempre…)

Dulce de alcayota de Chile

Dulce de alcayota de Chile

Letras | Cocina

dsc05309“Hebras sabrosas” lo llaman en algunas familias de Chile.

Allí conocí este dulce, precisamente en Puerto Varas. Lejos. Al sur. En un frío cerrado y únicamente abierto algunos días por la lluvia que allá roba su fuerza feroz al Pacífico. Con el pronóstico de un clima impertinente, mis volcanes tan queridos, el Calbuco y el Osorno, no se dejan ver. El primero tiene dientes enormes, es filoso, desprolijo, ancho, inexpugnable. Un penacho de nieve. El Osorno es orondo y redondo, una señora dócil, siempre peinada igual, nos consiente sin molestarse, nos subimos hasta su cabeza, le caminamos las costillas, le hacemos cosquillas.
Quisiera usted verlos si el sol los toca de vez en cuando en las mañanas… Magníficos, altaneros, se nos olvida el frío o lo entendemos, y lo perdonamos. Y las mañanas se nos hacen hermosas…

dsc040221dsc04018En esta naturaleza brillante y de clima hostil conocí la alcayota. Una fruta humilde, poco atrayente, que pesa mucho para llevarla en la bolsa de las compras y de la que poco sabemos.

dsc05231La alcayota es una cucurbitácea americana, familia a la que también pertenecen el zapallo, el melón y la sandía, cuyo centro de origen está situado entre México, América Central y el norte de Sudamérica. Esta especie era cultivada por los aztecas hace más de 4.000 años, quienes la denominaban «tzilicayotli». Con la llegada de los españoles, el nombre derivó a alcayota. En los últimos siglos ha sido introducida a distintas regiones del mundo, sin que su cultivo se haya masificado, siendo aún un cultivo circunscrito y limitado en América Latina.

Una alcayota de buena calidad es de color verde, con rayas amarillas, bien compacta, sin perforaciones ni machucones, con un peso aproximado de 2,5 a 3 kilos. Una buena alcayota, una vez cocinada, da una fibra gruesa, blanca y resistente a la elaboración.

dsc05236En el mercado también hay alcayotas de menor calidad, a las cuales se las puede identificar por el tamaño pequeño, su escaso peso (no supera los 2 kilos), su color amarillento y la fibra más oscura, muy delgada, que se suele desarmar durante la elaboración del dulce.

Es importante, antes de comenzar con la receta, tener en cuenta que la elección de una buena materia prima influye directamente en la calidad final del dulce y en el rendimiento.
El fruto posee una pulpa sumamente fibrosa, con semillas muy grandes y oscuras y un alto contenido de agua.

El dulce de alcayota es típico chileno, y no sólo se usa como mermelada para untar el pan sino también como relleno en empanaditas de alcayota, en pasteles y en el famosísimo kuchen del sur, de origen alemán (quisiera usted probarlo… En cada bocado, la ilusión incorruptible de dos volcanes encendidos al sol de un trópico al mediodía. Una ensoñación…)

Dulce de alcayota

Ingredientes:

1 Alcayota o Cayote
250 gramos (para ½ kilo de cayote limpio) de azúcar mascabo
100 gramos de miel
750 ml de agua
cáscara de limón

Preparación:

Hacer perforaciones en la piel de la alcayota con un cuchillo y cocinarlo entero en horno fuerte durante 45 minutos a 1 hora aproximadamente, o hasta que la cáscara empiece a ablandarse.
Retirar del horno, dejar enfriar, pelar y cortar en cuartos. Quitar las semillas y cortar la pulpa y las hebras en trozos pequeños. Pesar la cantidad obtenida y calcular la proporción del 50% de azúcar para la preparación.

Hacer un almíbar con el agua, el azúcar, la miel y la cáscara de limón. Cocinar durante 20 minutos. Agregar la alcayota y continuar a fuego mínimo durante 1 hora o hasta que tome consistencia de mermelada y color acaramelado.

dsc05248Las hebras no se disuelven, conservan su resistencia aunque las cocinemos por mucho tiempo.
Servir con nueces y si le gusta, con algún queso de su preferencia.

dsc05308Marisa Bergamasco
(Aficionada a la escritura, al buen cocinar y al buen comer y a los buenos y grandes cariños, de profesión agente de viajes, soñadora de vocación, por siempre…)